Puta de susto me echó el Bólivar Fuerte

Feliz año mis estimados. Escribiendo el primer post de 2008, en plena guardia de 1ero de enero en el periódico (El Universal, de Caracas, Venezuela, para aquellos que no lo saben y/o no son de Venezuela) y metiéndome algunos tragos de ponche crema, como preludio a la comilona que va a tener lugar en unos pocos momentos en la redacción, típica de las guardias de 25 de diciembre o 1 de enero, como esta que me ocupa ahora, y escuchando el cuchillo eléctrico de alguien que está serruchando el pernil que en breve nos estaremos enguyendo todos los periodistas que estamos pseudo enratonados cumpliendo el sagrado deber de informar a los lectores que van a comprar mañana 2 de enero el periódico.
Ya basta de paja, a lo que voy: puta de cagueta me pegué hace unos minutos cuando me dispuse a ver mi saldo en el banco por el servicio online. Acostumrado a ver cifras de más de seis dígitos, de vaina ensucio los pantalones cuando reviso mi saldo y veo una cifra de apenas cuatro dígitos. Por unos milisegundos sentí que mi temperatura corporal se fue al demonio, me sentí cadáver. Vi a la pelona de cerca. Lo más arrecho es que el sentimiento es general, porque todos mis compañeros hicieron lo mismo y se llevaron la misma cagueta.
Qué ganas de joder con esta puñetera conversión. Lo más arrecho es que como ahora las cifras son más pequeñas, el dinero durará menos en las manos; porque sufriremos los perversos efectos psicológicos del estar acostumbrados a grandes cifras y ahora al verlas más cortas, caeremos en la trampa de ver algunas cosas más baratas y habrá momentos en que gastaremos sin mucho remordimiento hasta que nos demos cuenta que el dinero se acabó hasta la próxima quincena (a quien corresponda).
Pues nada, lo que queda es apretar ese culo y ver de qué manera se rinden los hijosdeputa bolívares fuertes.