Tiempo tenía que no escribía sobre Fórmula 1. Hora de hacerlo de nuevo.
Un desastre. En eso se ha convertido la Fórmula 1 en los últimos meses. Si es por especular, cabría hasta inventar que era natural que sucedieran tantos escándalos, dimes y diretes, para mantener el interés en el deporte tras la partida del cuasi todopoderoso Michael Schumacher (a quien admiro, mas no venero), cuando muchos dijeron que la categoría reina del automovilismo deportivo se tornaría en algo aburrido. Pero, como bien dice un pana: "lo más seguro es que quién sabe".
El epicentro de esta retorcida y ya novelezca temporada han sido McLaren y Fernando Alonso. Por un lado el "espionaje" de McLaren -cuyo pecado, a mí parecer, es el haber dejado que se descubriera, porque todo el mundo en F1 espía-, que casi le cuesta la permanencia a la escudería en la categoría por al menos dos años y que ahora lo dejó fuera de la copa de constructores. Por el otro, las pataletas de Fernando Alonso, que acostumbrado al trato de "princesa" en Renault, se tiene que tragar un trato de igual a igual con su coequipero estrella, el novato Lewis Hamilton -líder actual de la temporada-. No solamente un trato igual, sino que no termina de aceptar que su compañero ha resultado ser más rápido que él, al menos en buena parte de la campaña 2007. Tanto lloriqueo le dio suficiente sustancia al periodismo sensacionalista europeo, y especialmente al inglés, para decir que el asturiano no va a vestirse con la braga de McLaren en la temporada 2008. BMW Sauber, un hipotético retorno a Renault y un improbable pase a Toyota. Esos han sido los movimientos que los rumores le han endilgado al bicampeón ovetense.
Quienes alcanzamos a saber un poco de Fórmula 1 -mis respetos a quienes dominan a cabalidad al tema- estamos seguros que Alonso no se iría a BMW Sauber, pese a ser una escudería competitiva; mucho menos a la gris Toyota que no termina de dar pasos firmes. Ninguna de estas casas es capaz, por ahora, de llevar al español a un nuevo campeonato. Renault tal vez si entierra el mediocre año que ha tenido, luego de ser el equipo a batir en 2005 y 2007, podría encajar dentro de las aspiraciones de Alonso; sólo que la escudería gala tendría que abultar su presupuesto para traer al "Nano" de regreso a casa.
Ahora, los rumores de los motores, que muchas veces culminan en crudas realidades, dicen en titulares rojos que Alonso pasa al "coco": a Ferrari. El español, antes de ser campeón y luego de que lo fue por primera vez dijo que jamás utilizaría la braga roja. En Maranello se cansaron de decir que no lo quieren dentro del monoplaza del cavallino rampante. Particularmente, nunca me ha cuadrado la idea de que Alonso vaya a Ferrari; sin embargo, tomando en cuenta la mediocridad de las escuderías este año, tomando en cuenta que en McLaren (y en casi toda Inglaterra, de donde es la escudería) no le tienen ya mucho aprecio a Alonso, y aún, más, tomando en cuenta que el español es buen piloto, bicampeón y posiblemente se titule este año por tercera vez, las cosas podrían tornarse literalmente rojas.
Ferrari (a la que deploro) es ahorita, y lo va a seguir siendo por muchos años más, la escudería que le puede ofrecer un buen carro a cualquier piloto ganador. Si bien no el mejor, siempre montará en la parrilla un carro competitivo para estar en el podio y, eventualmente, ganar carreras. Es ahorita la mejor opción para Alonso (a mí pesar y quizá para el suyo propio y el de la mismísima casa italiana, salvo que Renault recupere el brillo que tuvo en 2005 y 2006 y que McLaren definitivamente ponga punto final a su relación con el bicampeón.
Lo único cierto es que la novela continúa. Alonso no va a vestir la braga de una escudería que no sea McLaren, Renault o Ferrari. Eso también es cierto. Si será o no seguirá siendo llorón, eso será cuestión de madurez. Veremos qué pasa en las tres últimas carreras de esta retorcida temporada. Kaput.
Un desastre. En eso se ha convertido la Fórmula 1 en los últimos meses. Si es por especular, cabría hasta inventar que era natural que sucedieran tantos escándalos, dimes y diretes, para mantener el interés en el deporte tras la partida del cuasi todopoderoso Michael Schumacher (a quien admiro, mas no venero), cuando muchos dijeron que la categoría reina del automovilismo deportivo se tornaría en algo aburrido. Pero, como bien dice un pana: "lo más seguro es que quién sabe".
El epicentro de esta retorcida y ya novelezca temporada han sido McLaren y Fernando Alonso. Por un lado el "espionaje" de McLaren -cuyo pecado, a mí parecer, es el haber dejado que se descubriera, porque todo el mundo en F1 espía-, que casi le cuesta la permanencia a la escudería en la categoría por al menos dos años y que ahora lo dejó fuera de la copa de constructores. Por el otro, las pataletas de Fernando Alonso, que acostumbrado al trato de "princesa" en Renault, se tiene que tragar un trato de igual a igual con su coequipero estrella, el novato Lewis Hamilton -líder actual de la temporada-. No solamente un trato igual, sino que no termina de aceptar que su compañero ha resultado ser más rápido que él, al menos en buena parte de la campaña 2007. Tanto lloriqueo le dio suficiente sustancia al periodismo sensacionalista europeo, y especialmente al inglés, para decir que el asturiano no va a vestirse con la braga de McLaren en la temporada 2008. BMW Sauber, un hipotético retorno a Renault y un improbable pase a Toyota. Esos han sido los movimientos que los rumores le han endilgado al bicampeón ovetense.
Quienes alcanzamos a saber un poco de Fórmula 1 -mis respetos a quienes dominan a cabalidad al tema- estamos seguros que Alonso no se iría a BMW Sauber, pese a ser una escudería competitiva; mucho menos a la gris Toyota que no termina de dar pasos firmes. Ninguna de estas casas es capaz, por ahora, de llevar al español a un nuevo campeonato. Renault tal vez si entierra el mediocre año que ha tenido, luego de ser el equipo a batir en 2005 y 2007, podría encajar dentro de las aspiraciones de Alonso; sólo que la escudería gala tendría que abultar su presupuesto para traer al "Nano" de regreso a casa.
Ahora, los rumores de los motores, que muchas veces culminan en crudas realidades, dicen en titulares rojos que Alonso pasa al "coco": a Ferrari. El español, antes de ser campeón y luego de que lo fue por primera vez dijo que jamás utilizaría la braga roja. En Maranello se cansaron de decir que no lo quieren dentro del monoplaza del cavallino rampante. Particularmente, nunca me ha cuadrado la idea de que Alonso vaya a Ferrari; sin embargo, tomando en cuenta la mediocridad de las escuderías este año, tomando en cuenta que en McLaren (y en casi toda Inglaterra, de donde es la escudería) no le tienen ya mucho aprecio a Alonso, y aún, más, tomando en cuenta que el español es buen piloto, bicampeón y posiblemente se titule este año por tercera vez, las cosas podrían tornarse literalmente rojas.
Ferrari (a la que deploro) es ahorita, y lo va a seguir siendo por muchos años más, la escudería que le puede ofrecer un buen carro a cualquier piloto ganador. Si bien no el mejor, siempre montará en la parrilla un carro competitivo para estar en el podio y, eventualmente, ganar carreras. Es ahorita la mejor opción para Alonso (a mí pesar y quizá para el suyo propio y el de la mismísima casa italiana, salvo que Renault recupere el brillo que tuvo en 2005 y 2006 y que McLaren definitivamente ponga punto final a su relación con el bicampeón.
Lo único cierto es que la novela continúa. Alonso no va a vestir la braga de una escudería que no sea McLaren, Renault o Ferrari. Eso también es cierto. Si será o no seguirá siendo llorón, eso será cuestión de madurez. Veremos qué pasa en las tres últimas carreras de esta retorcida temporada. Kaput.
