martes, 26 de agosto de 2008

"¡Chamo! ¡Chamo!..."

Esta vaina me da demasiada, demasiada, demasiada, DEMASIADA risa. Y confirma una y mil veces mi teoría de que el tamaño del rústico es total, absoluta e inversamente proporcional al cerebro de quien lo maneja. Algo tienen los rústicos que ponen más pendejos a quien los posee y los maneja.
Al animal que manejaba esta Autana le hace falta un curso intensivo de física, pa que le expliquen un poco aquello de la masa de los cuerpos, la fuerza centrífuga y la aceleración. O mejor: hace falta rociarlo de gasolina y echarle un fósforo encima; o pegarlee una cachetada con una pala, o tal vez pegarle la encía del filo de un peldaño de una escalera mecáninca... sólo quizá así crezca un poquito y deje de hacer este tipo de mamagüevadas, muy típicas de Venezuela. Esto pasó en Cuyagua.
Insisto, me da demasiada risa. Siempre desee (y aún deseo) ver escenas como ésta.
Pero no sé qué es peor, si la mamagüevada en sí o los infelices comentarios (o más bien alaridos) de la tarada, al final del video... juzguen ustedes.
Por cierto: ¿Les dije que me causa demasiada risa?


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Chamo, chamo, chamo. Afortunadamente no todos los que tenemos rústicos somos como esta manga de balurdos que se meten quien sabe que coño y se creen meteoros. La gran mayoria de los que andamos en esta vaina tenemos conciencia ecológica y social, pero el grupito de mamagüevos como estos se han encargado de darnos esa mala fama. Es realmentre incómodo tener que compartir a veces rutas con esta gente y te puedo asegurar que los señalamos y recriminamos cuando los vemos en esa pendejada. Nicolas Rios ha dicho...

Daniel Ricardo dijo...

El Nico!!! Mi pana ojalá todos los que tienen un rústico en sus manos, pensaran y obraran como tú!
Un abrazo, cariños y mis respestos a tu esposa e hijas!

Anónimo dijo...

callate hijueloma creyendo estas mal del trabajo